martes, 14 de octubre de 2008

Los Madrileños Valientes

Quién lo diría, pero en mis últimos meses en Edimburgo llegué a olvidar muchas de las realidades cotidianas de España. Había olvidado, entre otras cosas, lo que era indignarme sobremanera al escuchar ciertas noticias; había olvidado lo que me enganchaban ciertos programas de la "caja tonta" y había olvidado, sobre todo, ese engendro panfletario materializado en televisión llamado Telemadrid.

Hoy, después de muuuuuucho tiempo, he conseguido quedarme viendo un programa de producción propia de esta cadena (¡y sin tocar el mando!) durante unos... 20 minutos. Y el programa en cuestión apunta maneras (y por todo lo alto). Su título es "2 de Mayo, la Libertad de una Nación".

Mi primera reflexión es: hay que ver lo que le gusta al facherío español utilizar la palabra "libertad" para todo; si es que la van a borrar del diccionario de tanto usarla.

Pero aparte de esto, el nombre se las trae. Pero vamos a ver, ¿es que los méritos de la supuesta libertad son solo de los madrileños?, ¿es que acaso el resto de los españoles no lucharon?, no tan fervientemente ni con tanto éxito, según parece. O sea que... que sepáis molesta gentuza cateta de provincias que la libertad y la independencia de España nos la debéis exclusivamente a nosotros, a los madrileños; que el 2 de mayo nos levantamos en armas y nos sublevamos valientemente contra los terribles franceses. Y no como vosotros, cobardes. Que lo dice Telemadrid.

Por otra parte, la cantidad de veces que, mientras se pasa la cabecera, la voz en off de la actriz María Garralón (sí, la del famoso "para dentro, Romerales" -que, por cierto, "Romerales" también sale-) salía diciendo cosas del tipo "los españoles luchamos por nuestra libertad" y "los españoles amábamos porque el amor del español es [...] " ha hecho que ya antes de empezar el capítulo se me revolvieran los intestinos.

Por no hablar de cómo salen los franceses de, no mal, sino fatalmente mal parados en la serie: Para empezar, en el resumen del capítulo anterior salían dos niños en una escuela en donde los educan bajo la terrible doctrina gabacha, haciendo alarde de orgulloso patriotismo: "¡pero no son españoles!" o algo así gritaban. Pero nada más empezar la primera escena -o la segunda- nos encontramos con una costurera-jefa francesa que no hace más que realizar comentarios ofensivos y llenos de sorna a sus pobres empleadas, españolísimas ellas.

Si esto realmente fue así, pobre Larra... no me extraña que le llamaran "afrancesado". Y todo por tener un mínimo de nivel intelectual e ideas "poco patriotas". Desde luego, razones tenía para suicidarse.

También salen dos bandoleros que hablan con acento andaluz... súper madrileño todo, vamos. En tres capítulos más les harán quitarse las patillas, corregir el deje, bailar chotis, vender barquillos en la Puerta del Sol y ya serán aptos para ser fusilados el 3 de mayo como buenos matritenses.

Por no decir que la serie en sí no es otra cosa que un tostón de culebrón donde las buenas interpretaciones brillan por su ausencia. Y a los dos niños dan ganas de pegarles un buen soplamocos, por repelentes.
Eso sí, el vestuario está curradísimo.

No sé si tendré agallas de enfrentarme de nuevo a esta maravilla de la creación artística que emite nuestra querida televisión autonómica. La verdad es que cada día consiguen superarse a sí mismos.

Yo, por mi parte, opino como mi padre (y parece que esto también lo decía el suyo): más nos habría valido, por nuestro propio bien, que nos hubieran conquistado los franceses.

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