La Timofónica ha tenido a bien dejarnos sin conexión a Internet indefinidamente por cambiar de casa y, oh qué horrible, encabezonarnos con que no nos tomen el pelo con esas estafas que tienen por ofertas. Es lo que tiene el boicot. O el reirte de los clientes.
Cuando regrese de la ultratumba de más allá del ciberespacio, intentaré seguir actualizando el blog. Mientras tanto, no se asusten por esta aparición espectral y disculpen las molestias.
Gracias.